Curiosamente, la historia del Castillo de Curiel como Residencia Real, es decir, como hotel, no empieza en lo alto del cerro rocoso sobre el que se asienta, sino unas decenas de metros más abajo: en la Iglesia de San Martín, en el pueblo de Curiel de Duero.
Fue allá por el año 1996 cuando comenzó un proyecto apasionante de recuperación del patrimonio histórico que culminó con la rehabilitación de la iglesia, y su puesta en marcha como dormitorio de barricas para el tinto D.O. Ribera del Duero "Viejo Coso".
Los gruesos muros de piedra, de más de dos metros de espesor, proporcionan al vino las condiciones idóneas de estabilidad en temperatura y humedad que requieren para su envejecimiento. A lo largo de varios meses, la madera de roble francés de roble americano va redondeando el vino y dándole sus características organolépticas que lo hacen único.
Si te hospedas en el hotel, no dudes en solicitarnos una visita a la bodega, porque en esta Ribera del Duero, tierra de enoturismo y bodegas emblemáticas, la experiencia de entrar en un espacio como la Iglesia de San Martín es realmente especial. La sensación al traspasar la gran puerta y deambular entre las barricas de roble contemplando cada detalle, el olor a vino y madera en esta iglesia del siglo XII, resulta realmente agradable.
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